Cuando los reservistas franceses se negaron a romper una huelga ferroviaria
En el otoño de 1910 los ferroviarios franceses se declararon en huelga. En ese momento presidía el Consejo de Ministros el exsocialista Aristide Briand, que decidió sustituir a los huelguistas por soldados del Ejército francés en activo o reservistas.
El ministro de la Guerra llamó al servicio activo a varios millares de empleados de los ferrocarriles, en huelga, para que trabajasen por la fuerza. Pero los reservistas se reunieron en Lille (unos cuatro mil, al parecer) y acordaron no hacer caso a las órdenes del Gobierno. El problema es que según el derecho militar eso era deserción. Los socialistas españoles se hicieron eco de este acontecimiento como ejemplo y para poder plantear algunas cuestiones a debate. Si por un lado, como hemos expresado, estaríamos ante una desobediencia también era cierto, según la opinión vertida en la publicación española Vida Socialista, que podría considerarse como una lección.
A los reservistas en huelga se les tildaría de antipatriotas, pero la publicación española se preguntaba si era más patriota el ministro que ellos. Los ejércitos, ¿servían para defender la patria o para reventar huelgas en beneficio de las Compañías ferroviarias? Para Vida Socialista era ya demasiado que por la disciplina militar se pretendiese en Francia que los obreros se hicieran traición a sí mismos. Para terminar, además de felicitar a los ferroviarios franceses en su lucha, los socialistas españoles hacían un guiño a los españoles para que tomaran nota.
Hemos trabajado con el número del 16 de octubre de 1910 de Vida Socialista.