Los socialistas y el problema de los alquileres en el verano de 1927

Historia

En distintas ocasiones nos hemos referido al especial interés que el socialismo español desarrolló acerca del tema de la vivienda. Siempre realizó denuncias por la carestía de los alquileres y la situación indigna de muchas viviendas por cuestiones de higiene y de hacinamiento, pero también ofreció alternativas y promocionó vivienda adecuada a través del cooperativismo.

 

En este artículo volvemos sobre el particular, a cuenta de la denuncia que se realizó en El Socialista sobre la carestía de los alquileres, en agosto de 1927.

El periódico obrero se hacía eco de lo que había publicado El Orzán de A Coruña sobre esta realidad en dicha ciudad gallega. Al parecer, se denunciaba que algunas partes la renta de alquiler no bajaba de 120 o 125 pesetas mensuales, algo impensable, por ejemplo, para un empleado con familia. Los socialistas afirmaban que lo mismo ocurría en la mayor parte de las capitales de España, especialmente, en Barcelona y Madrid. Antes era casi imposible encontrar “cuarto” en donde alojarse, y en el presente, cuando se empezaban a ver cuartos desalquilados, se comprobaba que los precios eran inasequibles para las familias obreras y de clase media. Los sueldos de la clase media y los jornales de los obreros no habían aumentado, en realidad habrían disminuido porque no habían bajado los precios de los artículos de primera necesidad, y la vivienda era cara. Con los salarios en vigor no se podían pagar veinte duros de casa, que era lo mínimo que costaba un cuarto medianamente habitable en una población. Si el obrero se iba más lejos podía encontrar vivienda más barata pero el transporte suponía un gasto suplementario.

Era verdad que, en Madrid, por ejemplo, se podían encontrar cuartos más baratos, pero sus condiciones de habitabilidad eran pésimas: sin luz natural, sin ventilación, húmedos y donde se hacinaban las familias pobres. De esta cuestión se había hablado mucho siempre, pero nada se hacía, y los socialistas denunciaban especialmente a los Municipios porque se habían desatendido del asunto cuando, siempre según su perspectiva, eran la institución más idónea para resolverla.

Hemos trabajado con el número 5791 de El Socialista, de 31 de agosto de 1927.

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