La UGT por la intervención pública para abaratar la vivienda en 1922
En 1922 se celebró el XV Congreso de la UGT. En dicho Congreso se tomó la decisión de emprender una campaña de propaganda para reclamar al “poder público” que ordenase por ley el abaratamiento de las viviendas.
La UGT constataba que había aumentado la inmigración hacia las ciudades desde el campo, por lo que había una clara presión demográfica que demandaba viviendas. Pero, además, el problema se había agudizado a raíz de la crisis producida por la Gran Guerra en el sector de la edificación. Estos dos hechos habían agudizado el problema de la vivienda en ese momento.
Por eso la UGT demandaba soluciones. En realidad, lo que se pretendía era una solución integral, es decir, completa. Y eso solamente podía pasar por un proceso de socialización, no solo de las casas, sino también de las industrias con ellas relacionadas. Había que organizar la producción, racionalizar los procedimientos constructivos y administrativos, y regularizar el aprovechamiento.
Pero se era consciente de que los gobiernos no iban a aceptar esta solución completa, “representantes del capitalismo” por una simple presión verbal. Pero el problema era tan acuciante y agobiante que, en ocasiones, a pesar de la oposición teórica a la socialización, para hallar algunos remedios el poder terminaba por inclinarse hacia algunos de los métodos propuestos por el sindicalismo, como admitía la UGT. Por eso, dictaban disposiciones coercitivas, regulando el uso de las viviendas (los alquileres, en realidad), y por otro, favorecían las fórmulas del cooperativismo en la construcción de viviendas.
Pero la UGT creía que ni las disposiciones legales sobre inquilinato ni la legislación sobre casas baratas eran suficientes. Dada la incapacidad de la burguesía para solucionar el problema el proletariado tenía que hacer un esfuerzo en el sentido socializador descrito. Así pues, la UGT apostaba por una clara socialización en la construcción y gestión de las viviendas.
Hemos consultado el dictamen en el número del 28 de noviembre de 1922 de El Socialista.