Alcoholismo y jornada de ocho horas en Francia (1923)

Historia

En otra ocasión nos hemos detenido en el análisis que hizo el Gobierno francés sobre las influencias positivas de la reforma de la jornada de ocho horas en los inicios de la época de entreguerras. Queremos seguir insistiendo sobre el asunto y también en Francia, a través de la investigación que partió del ministro de Trabajo, Monsieur Peyronnet, acerca de si el alcoholismo había decrecido o no entre la clase obrera del país vecino.

 

Para ello, había movilizado a los administradores de las Cámaras sindicales, a los jefes de las grandes fábricas, etc.., es decir, a quienes, en función de sus responsabilidades, estaban en relación diaria y directa con los trabajadores. Pero no sabemos, si realmente se consultó a los sindicatos.

La cuestión era que, con la reforma, las horas de ocio y descanso de los trabajadores habían aumentado sensiblemente, y los contrarios a la jornada de las ocho horas habían empleado el argumento de que con esa reducción aumentarían los vicios de los obreros.

Pero la información contradijo esos augurios, como se hacía eco El Socialista, en su número del 14 de junio de 1923.

El aumento del precio del alcohol, la prohibición de la absenta, la propaganda contra el consumo de alcohol en las escuelas y por las organizaciones patronales y sindicales habían contribuido a que no aumentara el consumo de alcohol. Pero una parte fundamental de este resultado tenía que ver con la utilización “racional” de las horas de descanso, como se veía en el aumento de visitantes a los jardines, por el éxodo de los trabajadores de las grandes ciudades hacia las afueras, por el aumento de sociedades deportivas y musicales, así como por el aumento de lectores en bibliotecas, y de matriculados en cursos profesionales y en centros educativos.

Se constaba que el alcoholismo había disminuido en París y en su región.

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