La cuestión de la mano de obra extranjera en Francia después de la Gran Guerra

Historia

El esfuerzo para reconstruir las regiones devastadas por la Gran Guerra en el norte y este de Francia fue de tal calibre que hizo falta recurrir a mano de obra extranjera. Eso motivó que el movimiento obrero francés e internacional se movilizase en el otoño de 1922 porque las condiciones de trabajo no parecían muy adecuadas.

 

La Federación del Arte de la Construcción, la CGT y el Secretariado Internacional de la Construcción convocaron una Conferencia Internacional en París, invitando a las corporaciones belga, alemana, italiana, checoslovaca, húngara, británica, holandesa y de Luxemburgo. El objetivo era examinar los medios para constituir un organismo internacional de mano de obra de las federaciones interesadas.

El delegado francés explicó la gravedad del problema, indicando, a su vez, que los pueblos destruidos por la guerra solamente podían renacer mediante la solidaridad internacional. El alemán Paeplow, presidente a la sazón de la Conferencia, se detuvo en que la inmigración desordenada podía ocasionar paro a los obreros nacionales, por lo que se hacía necesario un acuerdo internacional entre las organizaciones obreras, creando una especie de comité internacional de mano de obra donde estuvieran representadas las federaciones interesadas.

Otro de los delegados franceses, Constant, incidió, realmente, en el problema fundamental, derivado de que, siendo innegable el concurso de trabajadores extranjeros en la reconstrucción de Francia, ocurría que los patronos aprovechaban para empeorar las condiciones de vida de los trabajadores, en general, imaginamos, porque, a continuación, señaló que, además, había que impedir que los trabajadores extranjeros fueran explotados. Al parecer, la organización obrera francesa había tenido que intervenir en favor de obreros belgas, italianos y españoles, que eran explotados sin escrúpulos.

Al final, se decidió la creación de un comité internacional de mano de obra, que debía intervenir en la contratación de trabajadores, que solamente podría hacerse por mediación de las Federaciones, encargadas a su vez de tomar todas las medidas necesarias para garantizar el respeto de los salarios establecidos, intervenir en los accidentes de trabajo, higiene, etc. El organismo tendría su sede en Francia.

Aimé Floreal informó de esta Conferencia para los lectores de El Socialista en el número 4316 de El Socialista, del 11 de diciembre de 1922.

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