La sanidad pública en 1924: una conferencia en Porcuna
Las cuestiones de la higiene y la sanidad fueron preocupación constante del socialismo español desde sus inicios, pero desde una perspectiva distinta a la que los higienistas plantearon ante el evidente problema que había aparecido con los profundos cambios socioeconómicos producidos por el complejo proceso de industrialización y crecimiento urbano.
Frente a la idea de que la falta de higiene y la extensión de la enfermedad era un asunto personal, es decir, achacable a los propios obreros por sus formas de vida, el socialismo español planteó que esos problemas no eran responsabilidad de los trabajadores, sino del capitalismo y de las relaciones de producción que había establecido: bajísimos salarios, jornadas laborales interminables, centros de trabajo sin higiene, y viviendas insalubres con altísimos niveles de hacinamiento, etc. En este sentido, por ejemplo, habría que enmarcar también el debate sobre el alcoholismo de la clase trabajadora. La lucha contra la tuberculosis, un mal intenso y muy extendido en la sociedad española durante el siglo XIX y gran parte del XX siempre tuvo esa interpretación, criticando la falta de inversión pública y las soluciones como la instauración del día de la Flor por considerar que eso era epidérmico y no planteaba cambios profundos a la hora de atender la enfermedad.
Uno de los instrumentos de acción por la salud pública fue aunar la denuncia con la formación y divulgación. Este es el caso de lo que en noviembre de 1924 ocurrió en Porcuna en la Sociedad “Paz y Libertad” con la conferencia del inspector de Sanidad civil de la provincia, Joaquín Mestre. Allí impartió el día 2 una charla que llevó por título “La clase obrera ante la higiene social moderna”. Mestre se asesoró bien para vincular lo que iba a contar con la realidad de la localidad. Para ello contactó con el inspector de Sanidad local, Víctor F. Pineda, que le explicó que el censo de la Beneficencia municipal estaba lleno de deficiencias a causa de una mala gestión. En el momento presente recibía tarjetas recomendando que a determinados enfermos que no estaban incluidos en dicho censo se les recetase con cargo a la Beneficencia. El conferenciante también se informó sobre la alimentación en Porcuna. Pineda observó que el obrero de la localidad trabajaba mucho, pero que su alimentación era muy deficiente. Por fin, también buscó información con el secretario de la Junta Local de Reformas Sociales, el miembro del movimiento obrero local, Rafael Montilla.
Mestre combatió en su charla el alcoholismo en todo tipo de trabajadores, en los de “blusa”, pero también y más duramente en los de “levita”.
Pero lo que más se destacó en la conferencia fue la vinculación que hizo entre el problema sanitario y el económico, ya que marchaban de forma paralela en su opinión. No podía haber salud donde no había buenos medios de subsistencia.
Demostró que del salario a la tuberculosis no había más que un paso y que si se quería que en el futuro la humanidad fuera lo fuerte a que se debía aspirar era preciso que cada ciudadano prestara la atención debía al problema sanitario, que era el más descuidado en España, poniendo como ejemplo las cifras de mortalidad infantil del país en comparación con las de Suiza. Mientras en el país centroeuropeo era de un 10 por mil, en España ascendía a un 250 por mil.
Hemos trabajado con el número 4912 de 4 de noviembre de 1924 de El Socialista.
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