El PSOE y la UGT frente al hambre y la represión de las mujeres: la protesta de enero de 1918

Historia

La gravísima situación de hambre que se sufrió España en el invierno de 1917-1918 provocó multitud de motines en todas partes. Las dos organizaciones socialistas se movilizaron con varias acciones. Entre ellas, hay que destacar los comunicados del PSOE y la UGT a mediados del mes de enero de 1918, y que no solamente se limitaron a protestar por el hambre, sino, especialmente contra la represión que se ejercía contra los manifestantes, especialmente mujeres, que desarrollaron un intenso protagonismo en las protestas, especialmente en Málaga y Barcelona.

El Comité Nacional del PSOE protestó enérgicamente contra la forma de proceder de las autoridades contra las mujeres obreras de Barcelona y Málaga. Esas mujeres, que protagonizaron intensas protestas, se habían manifestado porque las autoridades no habían hecho nada contra los especuladores que elevaban los precios de los productos básicos, provocando una escasez artificial. Las mujeres pedían que terminara la impunidad que gozaban los especuladores, que se bajasen los precios del pan, arroz, carbón, huevos y otros alimentos, y que cesase el acaparamiento de los mismos.

El PSOE denunciaba que, en vez de escuchar a estas mujeres, se las había despedido y reprimido, provocando heridas y muertes, como en Málaga.

El Partido quería que los militantes de las Agrupaciones se reuniesen para reflexionar sobre lo ocurrido, y para que se pidiera la destitución de las autoridades de Málaga y Barcelona.

Por su parte, el Comité Nacional de la UGT, en la misma línea, llamaba la atención sobre la represión sangrienta en Málaga, además de cargar contra acaparadores, logreros, “traficantes de hambre” y ladrones de toda índole, que aprovechaban la crítica situación provocada por la guerra mundial para provocar más desgracias, aunque también acusaban de la dolorosa situación a las grandes empresas.

El Comité de la UGT explicaba que las manifestaciones y protestas habían sido espontáneas, como así sabemos, remarcando que no se había estimulado las mismas, sino que habían surgido ante la extremada situación en la que se vivía. En este sentido, el sindicato atacaba a los políticos que hablaban de profesionales de la revolución, cargando sobre estos elementos la responsabilidad de lo ocurrido, cuando había que achacarlo al “régimen podrido que padecemos”.

El Comité pedía que los trabajadores no olvidasen lo que había acontecido, pero también se pedía serenidad, y concentración de energías, es decir, fortalecimiento de la organización obrera, un fin en sí mismo para el sindicalismo socialista, para protestar con fuerza, pero sin violencia.

La revuelta de Málaga, la revuelta de las faeneras, tuvo lugar a mediados del mes de enero de 1918. Para conocer este conflicto se puede consultar el trabajo de Mª Dolores Ramos, “Crisis de subsistencia y conflictividad social en Málaga: los sucesos de enero de 1918”, en Baena. Estudios de Arte, Geografía e Historia, nº 6, (1983), pag. 441 y ss.

Sobre el caso barcelonés, “El motí de les dones de 1918: la vaga de subsistències, per Soledad Bengoechea y María-Cruz Santos”, en Catxipanda. Diari no Diari d’Història.

Pero también hubo revueltas en otros lugares, como las que protagonizaron las mujeres ferrolanas. En este sentido, podemos consultar el artículo, “La rebelión de las mujeres ferrolanas en 1918 contra la carestía de la vida”, en Mundiario (juni de 2016). Siguiendo en Galicia, Xosé Alfeirán, publicó en febrero de 2018 en La Voz de Galicia, “Los motines del hambre azuzados por las mujeres”.

Hemos consultado el número 3095 de El Socialista.

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